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Héctor y las BMX
Resulta difícil concretar cuándo realizó Héctor sus primeros pinitos ciclistas, naturalmente a bordo de un triciclo básico que le regalamos sus padres, como a cualquier niño o niña de este país. Lo cierto es que ahora lo recordamos subido en él mientras pasábamos algunas jornadas de campo en La Carrasca de Frutos y Trini, o moviéndose velozmente por la calle interior de nuestra comunidad de vecinos.
Su destreza en el manejo y su entusiasmo por utilizarlo, nos llevaron a comprarle, cuando ya estaba más crecido, una pequeña bici marca GAC del modelo Motoretta, que tenía suspensiones en la horquilla delantera y un sillín alargado y con respaldo. Sin embargo, esta bici, que tanta ilusión le causó y con la que definitivamente entró en el mundillo ciclista, también le supuso el primer gran trauma que le costó superar: se la robaron una noche del jardín de entrada a nuestra casa. Sin embargo, su afición no sólo no disminuyó sino que fue descubriendo las distintas variantes que el empleo de este instrumento de ocio, ejercicio y deporte podía proporcionarle. Me centraré en las llamadas BMX porque le llamaron la atención tanto a él como a sus amigos de entonces durante una larga temporada y porque hacían del manejo de estas bicis todo un modo de “estar en la calle”. Literalmente las bicicletas BMX son una importación cultural de los Estados Unidos, concretamente de California, “cuando los jóvenes intentaban imitar a los campeones de motocross con sus bicicletas al comienzo de los años 70. Más tarde, a mediados de la década de los 80, con las primeras bicis exclusivas de freestyle se comenzarían a hacer trucos en skateparks o incluso en la calle, consolidando lo que ahora conocemos como BMX. En abril de 1981, se fundo la Federación Internacional de BMX, y el primer campeonato del mundo se celebró en 1982. Desde enero de 1993 el BMX ha sido integrado dentro de la Unión Ciclista Internacional, lo que se conoce como UCI. Las bicicletas son de tamaño pequeño para ganar manejabilidad sobre ellas. Los cuadros suelen estar fabricados en cromomoly 4130 (aleación de cromo y molibdeno) y suelen ser algo más largos para Rampa Y Dirt Jump (21-21.5 pulgadas) y los cortos (20,75, 20.5 pulgadas) para Street (calle). El tamaño del plato cambia dependiendo la modalidad. El rotor es frecuentemente usado para flatland y rampa, para poder dar vueltas al manillar sin problemas con los frenos, y en calle es sustituido por un cable, que debido a su longitud es posible dar lo menos una vuelta, o eliminado, manera de ir denominada Brakeless (sin frenos). Los pegs (también llamados estriberas), que son unos apoyos hechos en Cromoly, Aluminio mecanizado o plástico (La última hornada). Están situados en los ejes de las ruedas, y son por así decirlo como una extensión de la misma en los que podemos apoyarnos. Se llevan en la mayoría de modalidades, siendo usados en rampa para hacer stalls, consistentes en clavarse en el coping de la rampa y realizar trucos como mantenerse sobre un peg, etc, y en calle para grindar sobre cemento, barandillas, bancos etc..., y suelen ser más largos y resistentes de lo habitual”. La modalidad BMX Racing (competición en circuito) será disciplina olímpica a partir de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Héctor trabajó durante mucho tiempo, junto a un reducido pero fiel grupo de amigos, en la construcción de un circuito en los terrenos contiguos a los muelles de RENFE en la zona del antiguo depósito de máquinas y actualmente la fábrica de Albatros. El 10 de septiembre de 2005 participó en el II torneo BMX-3X organizado por la tienda Repabike y el Instituto Municipal de Deportes de Alcázar de San Juan. Héctor quedó campeón en la modalidad 3X + 16 años tras haber sido 3º en la 1ª edición celebrada el año anterior. Le siguieron sus amigos Fernando Marín y Raúl Benedicto. En la pasada Feria alcazareña de 2006 se celebró, en la Plaza de Santa Quiteria, una demostración de habilidades y piruetas con bicis de BMX organizada por la Concejalía de la Juventud y Héctor participó junto a un nutrido grupo de especialistas locales que demostraron un gran dominio de las mismas. Unido a la cultura de esta modalidad está la práctica urbana o en circuitos llamados skatepark. Es un ambiente construido con propósitos recreativos para quienes practican skateboarding con el fin de andar, y desarrollar su deporte y técnica. Un skatepark está constituido por varias estructuras destinadas a la realización de los trucos de skate, por ejemplo: half-pipes, quarter pipes, barandillas, trick boxes, escaleras, entre otros. Héctor ha practicado en algunas ocasiones estas técnicas y tuvo un momento de gran predilección por las mismas, pero que más adelante fue abandonando al descubrir otros alicientes y ejercicios con diferente motivación y exigencia. |
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