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Artículos año 2008
Hace escasas fechas, mi buen amigo Quique Sánchez, me envió el borrador maquetado del trabajo que ha realizado sobre la figura de Emelina Carreño, Miss España 1931, cuya ilustración de portada acompaña a este texto. Se trata de una magnífica investigación sobre los orígenes de los certámenes de belleza que surgieron en esa época. El primero data de 1929 y tuvo como protagonista a la valenciana Pepita Samper, entonces llamada Señorita España, que disputó la corona de la belleza en París a otras tantas candidatas. El segundo, en 1930, fue la proclamación de otra valenciana, Elena Plá, quien participó luego en el Certamen de Miss Universo en Río de Janeiro… “y así, paso a paso, el certamen de Miss España se fue consolidando en nuestro país”. El trabajo comienza diciendo que “Emelina Carreño tenía nombre de princesa de cuento. Como las hijas de los reyes en los imperios de la fantasía era guapa; muy guapa. Tanto que en 1931, el año de la República, fue elegida Miss España. Como titular de ese reinado de la belleza se convirtió en una de las españolas más populares, alternando su protagonismo en los periódicos y revistas Ilustradas con las artistas de cine, del teatro, de la canción y con aquellos políticos y militares que conspiraban para derrocar a Alfonso XIII y anhelaban dar un cambio radical al régimen político gobernante en nuestro país”... “A sus dieciocho años, consiguió alzarse con el título de Señorita España, siendo la tercera ganadora de este peculiar certamen de belleza que en 1929 había traído a España Torcuato Luca de Tena, fundador y director del diario ABC, quintaesencia del periodismo monárquico. Fiel a sus ideales, Emelina se negó a asistir a una recepción con Alfonso XIII en el Palacio Real. Pasados unos años, el concurso variaría su atildada denominación de Señorita España por el modismo de Miss España, que ha conservado hasta la actualidad”… “En enero de 1932, Emelina cedió su trono de la belleza a la catalana Teresa Daniel. Hasta el momento, ella ha sido la única Joven nacida en tierras de Castilla-La Mancha que ha conseguido triunfar en este popular certamen. De su hazaña se hicieron eco numerosos periódicos y revistas, anticipando un interés mediático y social que aún continúa vertiendo ríos de tinta en las revistas y ácidos comentarios en los programas televisivos cada año, tras la celebración del concurso de las reinas de la belleza. Durante unas semanas, Emelina vivió intensamente un apasionante cuento de hadas”…. “Luego, en el concurso de Miss Europa fue derrotada por una joven gascona. Como en los cuentos, cuando sonaron las doce campanadas de su mágica aventura Emelina volvió a su hogar. En el regreso no perdió ningún zapato de cristal, ni ningún príncipe corrió tras ella; al contrario, algunos de quienes la ensalzaron comenzaron a cuestionarla y entonces encontró entre sus paisanos el refugio más cálido y cariñoso. El Ayuntamiento de Alcázar la declaró hija predilecta y dio su nombre a la Plaza de la Justa”... “Ésta es la crónica de su efímero reinado de la belleza, contada con la ayuda de los reporteros y gacetilleros que vivieron aquellos inolvidables días e hicieron que todos los españoles fueran cómplices de su fantasía. Éste es el relato, también, de unos meses en los que las mujeres españolas vieron reconocidos nuevos derechos civiles, sociales y políticos. Este es, en definitiva, el origen de los concursos de belleza en España”… Con este trabajo, Enrique Sánchez Lubián (Alcázar de San Juan, 1956), se consagra como un auténtico maestro de la investigación periodística e histórica, sobre todo de temas sociales, en su más amplio sentido. Quique comenzó sus tareas periodísticas en la revista “Ciudadano” a finales de los años setenta, luego en el desaparecido “Diario Ya” de Toledo, continuando con colaboraciones en otros medios como “Diario 16” y finalmente ocupa la Jefatura del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de la capital regional. Ha publicado diversos libros y trabajos, de entre los que yo destacaría, “Maestros Artesanos de Castilla-La Mancha” (1997), “El Gran Libro de los Vinos de Castilla-La Mancha” (2001), “Besteiro, Años de Juventud” (2003) y “El Reloj de la Cárcel” (2005) sobre la vida de Francisco Machado, que recoge poesías y leyendas de Toledo. Es de esperar que su investigación sobre Emelina vea la luz no tardando, pues lo merece el personaje; lo merecen los acontecimientos sobre los que versa, dada la actual controversia sobre los certámenes de belleza femenina; lo merece Alcázar, que contaría así con el relato fidedigno acerca de una de sus hijas predilectas, que debe formar parte creciente de sus mejores leyendas y, por supuesto, lo merece el autor de esta apasionante tarea y sus ya fieles lectores, entre los que me encuentro, porque deseamos que su labor se divulgue y que muchos otros alcazareños, presentes y futuros, tengan ese acceso preciso y ameno a uno de sus más recientes mitos. @ Justo López Carreño. Junio 2008. |
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