La tiza ha sido el principal utensilio que la enseñanza ha puesto en manos del profesorado para impartir sus lecciones llenando la pizarra como medio para plasmar textos y dibujos mediante el uso de esa materia blanca y blanda que permitía que el alumnado tomara not de todo ese contenido trasladándolo o bien a sus cuadernos o bien directamente a su memoria para intentar asimilarlo y reproducirlo posteriormente.
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