Escribamos los insultos
cortemos todas sus letras,
mezclémoslas en un bote
y obtengamos otras nuevas.
Volvamos a colocarlas
de diferente manera
para que las que formemos
signifiquen cosas buenas.
Y si alguna no entendemos
porque nos resulte extraña,
definámosla de nuevo
sin rencor, sin amenazas.
Que las palabras usadas
cuando se digan a otros
deben transmitir la paz,
nunca la ira ni el odio.
@ Justo López Carreño.
Diciembre de 1.996