Ruta del Rio Mundo 1983

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      …Con el fin de poder recorrer lugares más alejados, utilizamos por vez primera el tren como medio auxiliar para trasladarnos al verdadero punto de partida ciclista que era Albacete. Lo cierto es que este maridaje tren/bicicleta es de lo más sugestivo, ecológico y compatible dada la gran capacidad del transporte ferroviario para amparar el volumen que varias bicicletas pueden suponer. Así pues salimos a las 7:20 horas de la estación de Alcázar en un tren regional para llegar sobre las nueve a la capital de la cuchillería…

      …Más adelante el tráfico remitió y así llegamos hasta Peñas de San Pedro que se encontraba a medio camino de nuestro punto de meta. Allí paramos y reposamos en su plaza principal al borde de una fuente pública en la que lavamos la fruta que nos sirvió para reponer fuerzas…

      …Será una de las impresiones visuales más difíciles de olvidar, pues el paraje sorprende por su grandiosidad y profundidad de campo. No te esperas que tras una casi interminable llanura, te pueda esperar semejante entramado montañoso dentro del que se encuentra enclavado esta pequeña población a la que se le llama la suiza manchega…

      …Más tranquilos y con la euforia que da la aventura, descubrimos en nuestro recorrido la casa de La Roja en la que se asaban unas patatas al horno con pimienta y en la que compramos tortas de manteca para el desayuno del día siguiente. Las patatas las acompañamos de una paletilla de carne a la brasa y con ello dimos por terminada la dieta del día que sólo se prolongó entre risas y temores por el esfuerzo para salir de ese “hoyo” en el que nos encontrábamos…

      …Con un radio roto en una de las bicicletas llegamos hasta Elche de la Sierra, localidad que se encontraba en fiestas y en la que tenía lugar en esos momentos un encierro de vaquillas que eran conducidas por los lugareños con palos hasta la plaza portátil en la que los encerrarían. Esto nos entretuvo durante un tiempo más del previsto pero supuso una circunstancia poco corriente de contemplar…

      …Eran las dos y media de la tarde cuando llegamos a las Fábricas de Riopar y buscamos el hostal en el que estaba previsto el alojamiento. La contrariedad la supuso el no disponer de agua corriente por un problema en la novedosa instalación. Total que al no poder hacerlo de otro modo nos fuimos duchando por medio de los cubos que nos echábamos unos a otros dentro de la bañera…

      …De regreso visitamos las tiendas de la zona de las fábricas de bronce, que es el material propio de la zona y por el que ha cobrado fama la población, además de recorrer el recinto ferial que no se diferenciaba mucho de los cientos que se instalan por los pueblos de España durante estas fechas…

      …Desayunamos en uno de los bares de las Fábricas de Riopar y salimos en dirección a la Cueva de los Chorros del Río Mundo, paraje que era uno de los objetivos propios de ls salida. Lo cierto es que el lugar no decepciona y sorprende ver esas formaciones con caídas del agua, remansos y el espectacular entorno en el que se sitúa el nacimiento de este río…

      …La siesta era el objetivo más apetecible en esos momentos dado el cansancio acumulado y la impresión de que la noche podría ser larga con la feria a escasos metros de nuestro alojamiento, pero ya se sabe que las siestas en este país son una lotería y con esta nos tocó perder. Reguillo la recuerda como una de las peores de su vida con una televisión infame de sonido, gentes de acá para allá voceando, etc…

      …Salimos en dirección a El Bonillo para acometer la última de las etapas de esta salida que se presentaba dura sobre todo por la amplitud prevista del recorrido que superaría los cien kilómetros. Pasamos por El Ballestero, pequeña aldea rural a la que se llega por la carretera nacional 330 y mantuvimos una buena marcha con el viento favorable, el terreno llano y cuestas de escasa pendiente casi siempre en bajada…

      …Este tramo siempre lo recordaremos por varios motivos: la aspereza de la calzada, la velocidad a que pudimos rodar por efecto del viento favorable y, cómo no, por el espectacular reventón de una de las cubiertas de la bicicleta de Justo que sonó como un auténtico disparo e hizo que todo el grupo detuviera la marcha para analizar lo sucedido…

      …La sed y el peso de los kilómetros fueron haciendo mella en nuestras fuerzas y siempre recordamos este tramo como uno de los de mayor dureza de los efectuados. En Arenales hicimos un nuevo avituallamiento, especialmente de agua en abundancia, y continuamos la ruta hasta Alcázar pasando por Criptana sin detenernos y con la satisfacción de haber culminado una nueva e inolvidable aventura…

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