Semblanza de Pepe Logroño

En sus primeros pasos deportivos, formando parte del C.I.C.A.C., equipo infantil de fútbol de Alcázar de San Juan.
Sus primeros pasos en el baloncesto fueron en equipos locales de Alcázar de San Juan. En esta foto con el Trinidad en el año 1973
Otra foto de las primeras etapas en Alcázar. Pepe Logroño es el primero de pie por la izquierda.
Pepe Logroño con la camiseta del Real Madrid en categoría Junior. Corría el año 1976.
Equipo Junior del Real Madrid en la pista del pabellón de la desaparecida Ciudad Deportiva. Logroño es el 2º de arriba por la derecha.
En la temporada 1978/79 jugó en el Forum de Valladolid. Logroño es el 2º de pie por la derecha
Su mejor etapa la vivió en el Caja de Ronda de 1ª División. La foto corresponde a la plantilla en la temporada 1981-82.
Pepe Logroño gozó de una magnífica técnica, como se demuestra en esta perfecta suspensión frente a la canasta del Liria C.B..
Plantilla del Caja de Ronda que jugó en Primera División en la temporada 1981-82. Pepe Logroño es el tercero por la izquierda.
Nuevamente la plantilla del Caja de Ronda con Logroño en la fila de arriba, el tercero por la derecha.
Con Fernando Romay, compañeros en sus primeros pasos con el Real Madrid.
Ya retirado de la competición oficial jugó algunos partidos con los veteranos del Real Madrid. En este aparece abajo en el centro de la fila.
      Fiel a la cita, finalmente concretada para la una de la tarde, como un regalo de Reyes el día de la víspera, nos encontramos con Pepe Logroño, a quien acompaña su hija, una bella jovencita que estudia biotecnología en la Universidad de Sevilla, muchos años después de ver sus últimas evoluciones en directo sobre las canchas de baloncesto de Alcázar, cuando ya estaba de vuelta en su paso por el profesionalismo y después de haber dejado atrás su etapa más esplendorosa en la Primera División de nuestro Baloncesto, es decir, en la que ahora ha venido en llamarse ACB.      

José Luis Logroño De Miguel nació un 23 de mayo de 1957 en Alcázar de San Juan en el seno de una familia cuyos parientes más cercanos, sus primos por parte paterna Vicente y Paco Paniagua, habían destacado ya como buenos baloncestistas, ídolos en el C.B. Balmes alcazareño y Vicente, jugador del Real Madrid durante once temporadas. Por ello, Pepe tenía ya sus referentes en el deporte de la canasta en su propia familia y no hay duda de que los verdaderos ídolos serán siempre los que nos acompañaron cuando teníamos diez años.      

Los primeros recuerdos deportivos los asocia Pepe a la O.J.E. alcazareña, único reducto donde el Régimen intentaba distraer a la juventud de la época fomentando estas actividades, en medio de un desierto de instalaciones y de técnicos cualificados que se suplían con el voluntarismo y abnegación de algunos heroicos aficionados. Uno de ellos, Angel Paniagua, le dirigió los primeros pasos futbolísticos y otro, Nereo Tejera, hizo lo propio en el baloncesto, llevándolo a competir por las canchas de nuestra zona y utilizando en muchas ocasiones su propio Gordini, aquellos inestables automóviles que debían lastrase con sacos de arena para evitar vuelcos inesperados. Finalmente se decanta por el baloncesto al tomar conciencia de sus cualidades y de su envergadura.      

Tras esos primeros pasos, recala en la órbita trinitaria, tradicionalmente la escuela de mejor baloncesto en Alcázar hasta los años setenta. Allí recibe las enseñanzas de José Luis Vaquero, un entrenador sabio y autodidacta al que tanto le debe el baloncesto alcazareño y bajo el impulso del Padre Saturnino, consiguen hacer un equipo juvenil competitivo, Trinidad C.B., que llega a jugar la fase nacional del campeonato de España en Segovia frente a los cachorros de los grandes equipos nacionales.      

Gracias a la mediación de su primo Vicente, pasa a formar parte de la plantilla junior del Real Madrid en la temporada 1975-76, tras superar las pruebas de selección. El entrenador, Rafael Peiró le descubre los primeros pasos madridistas que, sin duda, dejan huella indeleble en el joven alcazareño. Aún recuerda con asombro la contemplación de las enormes botas de otro junior llegado de Galicia, F. Romay, cuyas dimensiones obligan a remendar un suplemento a base de esparadrapo para poder utilizarlas. Pero sobre todo se le queda grabado el olor tan peculiar del parquet y del recinto cerrado del antiguo pabellón de la Ciudad Deportiva madridista.      

Reside con algunos compañeros como Beirán, Romay, Nicolau, Jiménez… en una pensión del barrio de Argüelles y el Real Madrid se hace cargo de los gastos más básicos, además de una gratificación de 1.500 pts. mensuales. En esa época, Raimundo Saporta es el gran mecenas del baloncesto madridista, mima esta sección hasta conseguir un aprecio por los colores del club que sobrepasa lo estrictamente profesional y cuida de que los futuros jugadores se sientan como en casa, que amen lo que su escudo representa.      

En su segundo año como junior madridista, Lolo Saínz, que acababa de sustituir como entrenador al mítico Pedro Ferrándiz, lo convoca para completar ocasionalmente al primer equipo. Su emoción aún se desborda al recordar aquellas citas en la Puerta 54 del Estadio S. Bernabéu para realizar el desplazamiento así como los sobres, con la prima duplicada, que les entregaba el delegado del equipo, Sr. Amescua. De esta etapa conserva los mejores datos de su palmarés al haber formado parte del equipo que fue Subcampeón de la Copa del Rey y Subcampeón de la Copa de Europa aunque sólo participase en minutos testimoniales. Igualmente consigue ser internacional Sub-23 con el equipo de España.      

A partir de ahí inicia un periplo amplio por diversos equipos que comienza con la cesión del club blanco al Vallehermoso, una especie de filial madridista de aquellos años, en los que se pretendía foguear a los futuros integrantes del primer equipo o en su caso, traspasarlos a otras entidades interesadas por sus servicios.      

Así ocurrió con Pepe que pasó a formar parte del Forum de Valladolid en la temporada 1978-79 llamado por Pedro Zorrozúa, un entrenador que le dio confianza, militando en Primera División B de nuestro baloncesto en donde se proclamaron campeones y lograron el ascenso a Primera División absoluta.      

De esa buena temporada da el salto al Caja de Ronda de Málaga, que posteriormente sería el Unicaja, donde vivirá los tres años más importantes de su carrera, ya que en la temporada 1980/81 se le proclama "Mejor jugador de Primera División B, Trofeo Diario AS. Y depués, en la temporada 1981-82 milita en la Primera División absoluta, después de dos previas en Primera B, con los mejores equipos de nuestro país. El entrenador es Ramón Guardiola, un antiguo jugador madridista, y segundo de Lolo Sainz en el club blanco, y en la plantilla figuran algunos compañeros tan destacados como Luis Mª Prada, Miguel López Abril, ambos internacionales, así como Ron Charles, un alero estadounidense, el primer extranjero en la historia de los malacitanos. Posiblemente el ascenso a la máxima categoría de nuestro baloncesto es el recuerdo más agradable que tiene Pepe Logroño de su trayectoria como jugador.      

Entre los recuerdos imborrables de su paso por Málaga, Pepe recuerda las enseñanzas de Peter Carril, técnico de la Universidad de Princetown y actualmente asesor de los Sacramento Kings y especialmente un partido que jugaron a bordo del portaaviones norteamericano “J. F. Kennedy”, circunstancia insólita que no todo el mundo puede figurar entre sus logros pintorescos en el mundo de la canasta.      

Por razones laborales de futuro decide opositar a la Caja de Ahorros de Cuenca y se traslada a la capital manchega para jugar un año defendiendo sus colores, pero a la siguiente vuelve a ser llamado por el técnico Zorrozúa, esta vez desde el Oximesa de Granada, donde jugará sus dos últimas temporadas como profesional en Primera B.      

Con 28 años escasos se despide del baloncesto de alto nivel y valora la vuelta al hogar local, a una mayor estabilidad económica y la renuncia al siempre sacrificado mundo del deportista cuando éste no tiene una correspondiente compensación ya sea moral o económica, y el baloncesto en España aún estaba muy lejos de ser retribuido a la americana, por ejemplo.      

Su última etapa en activo la dedicó de manera altruista y por deferencia a los equipos de su pueblo en el Trinidad, el Grupo 76, en el que juega varias temporadas y donde es declarado "Mejor jugador de Castilla la Mancha y máximo encestador de la temporada 1986/87", y finalmente en el García Baquero, todos ellos en competiciones autonómicas generadas por el cambio social y político vivido en nuestro país a raíz de la instauración de nuestra monarquía parlamentaria y la Constitución de 1978.      

Pepe Logroño vive en la actualidad en Ceuta trabajando para una naviera y su vinculación con el mundo del baloncesto se limita a su seguimiento como espectador asiduo y fiel, tanto de partidos de la NBA como de nuestra más cercana ACB, que ocupan numerosas horas de su tiempo de ocio.      

Justo López Carreño
Febrero de 2010

ALGUNAS FUENTES CONSULTADAS
- Página Web del Unicaja C.B.
- Archivo particular de fotos de Pepe Logroño
- Testimonios orales de Pepe Logroño.

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