Ignacio

      El pasado día 19 de abril se proclamó campeón de España en la categoría Kumite de menos de 45 Kgrs. el alcazareño Ignacio Iniesta López-Casero, en la competición celebrada en Cuenca. Hasta aquí los datos objetivos. Pero, ¿quién es este espigado y rubio campeón?

      Pues bien, Ignacio es un chico de trece años, buen estudiante y mejor deportista, que aúna en su pedigrí genes deportivos y musicales. Por parte paterna es hijo de Manolo Iniesta, futbolista de gran clase en sus años mozos, criado en la escuela futbolística del Estrecho y sobrino del Jaro, una de las leyendas del fútbol alcazareño y también nieto del maestro Gundemaro Iniesta, director de varias orquestas locales entre las que destacó la Iberia. Por parte materna, su abuela Maribel, ha sido mucho tiempo directora del Conservatorio de Música de Campo de Criptana y es una consumada intérprete.

      Con esos mimbres no es de extrañar que Ignacio haya despertado pronto a la llamada del arte y de la cultura, y el deporte es siempre una faceta ascendente del elenco cultural de nuestra época.

      Lo sorprendente es que su dedicación se haya encaminado por las artes marciales y concretamente por el kárate, aunque la explicación es sencilla, acudió al gimnasio como tantos otros niños en edad de formación y probó de entre las ofertas, junto a su amigo Miguel, y resultó que tenía cualidades.

      A partir de ahí todo ha sido ponerse en manos de un buen entrenador, Serafín Tajuelo, de quien Ignacio habla con admiración y agradecimiento, pues no en vano fue tres veces campeón de Europa y seguir día a día mejorando la técnica y la condición física a base de dedicación y sacrificio, sin descuidar sus obligaciones escolares, que compagina hasta ahora con brillantez, teniendo inclinación hacia las Ciencias Sociales y en concreto por la Historia.

      No hay que olvidar que el kárate o karate-Do, literalmente “el camino de la mano vacía” es un arte marcial de origen japonés que surgió oficialmente en 1933 y se caracteriza por el empleo de golpes de puño y patadas aunque no se limita sólo a ellos. Sus dos rasgos fundamentales consisten en que para practicar esta disciplina sólo debemos utilizar nuestra arma natural: el cuerpo; y el karateca debe dejar todo pensamiento ajeno al entrenamiento para que éstos no perturben el desempeño del mismo.

      También es curioso el conjunto de cualidades que según el Bushido, especie de código moral que inspiraba a los Samurais y por extensión a los karatecas japoneses, son imprescindibles de desarrollar para mejorar con la práctica del karate, así se citan: la rectitud, el coraje, la bondad, la cortesía, el desprendimiento, la sinceridad, el honor, la modestia, la lealtad, el autodominio, la amistad, la integridad, la generosidad, la imparcialidad, la paciencia, la serenidad y la autoconfianza. Sin duda todo un repertorio de valores que firmaría cualquier modelo educativo para los tiempos que vivimos.

      Ignacio comenzó practicando Katas o “secuencias de movimientos preestablecidos que se practican en solitario o por parejas” hasta dar paso al Kumite o combate contra un oponente que permite la progresión de gestos y la máxima concentración física y mental.

      Las competiciones más importantes en las que ha participado hasta ahora han sido en el Campeonato Provincial Alevín celebrado en Almadén, el Campeonato de Castilla La Mancha celebrado en Manzanares y por último, el referido Campeonato de España celebrado en Cuenca el pasado 19 de abril y en el que resultó ganador de su categoría y peso.

      Y además, Ignacio practica karate sin renunciar a otra de sus aficiones deportivas, el fútbol, jugando como extremo izquierdo de gran talento a la espera de su oportunidad.

      La guinda es que es un gran madridista, de lo que doy fe, desde que era pequeño. Si los éxitos deportivos no le vienen por su propia práctica, el Real Madrid se los proporcionará como seguidor y aficionado.

Justo López Carreño
19 de mayo de 2008

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