Artículos año 2016 REAListas de MADRID

La mejor forma de inaugurar un mes y un año de cánticos callejeros es mediante una exposición de arte que merezca la pena. Así lo hice aprovechando que me esperaba otro acto cultural, la presentación de un libro, en este caso biográfico de Carmelo Cabrera, una figura de nuestro baloncesto de hace unas décadas.

La jornada la comencé, pues, paseando desde Atocha hasta el cercano Museo Thyssen donde, además y por mi expreso deseo, tuve ocasión de conocer en persona a Ana Arreaza, la hija de mi amigo Fernando, que trabaja en dicha institución y es un encanto de persona. También madre de otra niña Martina como mi nieta.

La muestra de artistas realistas de la Escuela de Madrid es una delicia de arte para los amantes de la pintura sin subterfugios, desnuda en su sentido más formal, donde todo depende de la singular construcción que el artista imponga a su obra…

Parece, por otro lado, que se da una coincidencia de apellidos que resulta de lo más sorprendente: los López. Antonio, quizá el más afamado, Francisco y Julio, todos ellos amigos y cultivadores de distintas técnicas pero unidos por la misma línea estilística.



Me sorprendieron por mi ignorancia acerca de su obra, las artistas Amalia Avia e Isabel Quintanilla, cuya obra expuesta me produjo un gran asombro y admiración pues apenas había oídos sus nombres pero no conocía ninguna de sus creaciones.

Como reza en el folleto introductorio de la exposición, “Amalia, Antonio, Paco, Julio, María, Maribel, Esperanza: el primer grupo de artistas españoles en el que las mujeres ocuparon un lugar destacado. Los siete habían nacido antes de la Guerra Civil y se conocieron en Madrid a comienzos de los años cincuenta. Estudiaron juntos, trabajaron y expusieron juntos, incluso se casaron entre ellos y han seguido siendo amigos desde entonces”.

A decir verdad, toda la muestra es digna de admiración, pero me causaron impresión especialmente algunas de las obras ya sea por la cercanía a nuestra tierra, como esos “Membrilleros de Río Záncara” de María Moreno, la esposa de nuestro cuasi paisano Antonio López o “Primavera en Córcoles” también de dicha autora, donde demuestra la convivencia y cercanía en espacios de nuestra tierra, así como la escultura de Julio López titulada “El Alcalde” cuyos trazos toscos definen de forma cabal el estilo de un modo de ser en nuestro entorno que aún se multiplica pese al supuesto refinamiento que otorga el paso del tiempo.

La visión cósmica que hace Antonio López de Madrid es ya todo un clásico reconocible sin necesidad de ofrecer otras referencias. Su “Gran Vía” está entre las obras llamadas a ser clásicas pese a que aún son contemporáneas. Creo que es una suerte el poderlas haber contemplado tan de cerca.

El juego de palabras con que titulo esta entrada de mi web es sólo una transgresión para ironizar ante mis conocidos. No tengo que salir de ese armario.

Justo López Carreño

Marzo de 2016

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