Artículos año 2012

Los Anchos



Desde un punto de vista puramente geográfico, Los Anchos no dejan de ser un paraje cercano situado al NE de Alcázar, que se extiende como una amplia planicie entre las lagunas o humedales de Pajares y la del Salicor, con apenas ondulaciones en su fisonomía y pequeñas elevaciones que no llegan casi a ser consideradas como cerros sino lomas que alteran escasamente la visión de la llanura o sirven de improvisados balcones naturales para contemplarla, ya sea desde al alto de Torina, desde el cerro Gordo o desde cualquiera de los caminos procedentes de Campo de Criptana como el del Pico o el de Santa Brígida.

Sin embargo, esta zona condensa toda una metáfora de lo que es y ha sido la tierra manchega que Isidro Parra supo captar acertadamente, yo diría que casi con rigor místico. Así lo expresé en estos breves versos dedicados a él, que tengo publicados en mi página web:

I
Ahora te he entendido
por tu mirada limpia en Los Anchos
sobre los tonos rojizos.

II
Por Los Anchos de mañana
pedaleo suave
las grullas graznan.

III
Corre un hilillo de agua
por las isillas
en la vega alta.

IV
El horizonte pardo
pierde su línea
cuando la bruma lo va alejando.

Como ya reflejó José Corredor, “el artista no aspira a darnos información, sino a deshacer la realidad tal como se nos presenta habitualmente a los sentidos y a descubrirla en su posible profundidad”. Y esto es lo que Isidro Parra ha trasmitido sobre Los Anchos.

Su peculiar atracción por la llanura, posiblemente por reminiscencias de su infancia, le llevó a plasmar en su obra el paisaje vacío, infinito y solo segmentado por los campos de cultivo, dejando, como afirmó José Hierro, “un residuo que queda tras haberse acercado a la naturaleza con la más temblorosa emoción, con la más pura humildad. Hablamos de paisaje, pero terminamos por identificar esas manchas, que son al mismo tiempo fragmentos de realidad, limpia abstracción, con la pintura misma”.

Isidro contaba que descubrió el tema del paisaje en su obra gracias a la emoción que le producía contemplarlo desde la ventanilla del tren en sus frecuentes viajes de Alcázar a Madrid, viendo cómo se sucedían los planos, superponiéndose, ondulándose,… haciéndose pintura en definitiva.

Isidro, parco en definiciones y en explicaciones vanas de su obra, siempre apuntaba a la búsqueda de lo esencial como objetivo más profundo y universal. La idea de pintar el paisaje de Los Anchos le obsesiona durante algún tiempo, incluso “a través de sueños en los que aparece un lugar llano flanqueado por cerros planos, no muy altos. La noche está apunto de echarse encima, pero en el cielo aún quedaba colgada la luz entre naranja y violeta. Por un camino de tierra paralelo a los cerros, iba una larga caravana de carros repletos de gente, que envueltos en una nube de polvo dorado se dirigían a algún sitio…”

En estos paisajes formados por apenas unas cuantas manchas de color jugando entre sí, Isidro incorpora, por prodigio del arte, todas las luces, todos los matices sintetizados hasta tal punto que la materia pintada es sol en sí misma, sol hecho sustancia propia. Y no aclara si es él el que mira a la inmensa planicie crepuscular o es ella la que lo mira a él.

Pero para llegar a estas realizaciones, Isidro, no cae desde el vacío o desde la genialidad espontánea del sobredotado. Siempre puso de manifiesto que el contacto con las herramientas y el uso de los materiales, adquiridos en el taller de su tío, Jesús Molina, condicionaron su inmersión en el mundo del arte. El propio Isidro en algunas notas autobiográficas nos ofrece una visión de lo que el paisaje manchego de Los Anchos le evoca permanentemente:

“La puesta de sol me impresiona mucho. Es cuando se empieza a ver el mundo de otra manera. Por el día todo tiene demasiada dureza. Durante el crepúsculo, las cosas alcanzan su máxima importancia. Y en todo, hay “algo” contenido que a esta hora se convierte en protagonista. Cielo y tierra, abrazados, ofrecen un espectáculo que no tiene principio ni fin”.

Es en ese momento en el que la gama de colores de Isidro Parra queda asumida por esa gran síntesis crepuscular del rojo incendiado. Esa gran síntesis de La Mancha que el pintor tiene en la memoria.

En definitiva, como expresó magistralmente Lauro Olmo: “Para ver en Los Anchos una puesta de sol, no hay que dirigir la mirada a ningún sitio concreto: todo es crepúsculo. Ya no es necesaria toda esa gama cromática de los grises, ocres, sepias,… hombre, tierra y cielo fundidos entre sí en el permanente crepúsculo que, a su vez, funde toda la gama de colores en el rojo total que todo lo envuelve”.

Si uno observa las antiguas construcciones manchegas de adobe o las piedras de las iglesias de la zona, comprueba que esos tonos rojizos reflejan esa luz que Isidro descubrió en Los Anchos, que le incendió su mirada lírica, artística, que nos ha legado para siempre si somos capaces de asumir con la misma sensibilidad y dejarnos incendiar de esa luz, pues Los Anchos son interminables.

Por un camino de noche
La mañana viene ya.
En el camino tres gallos
No la dejaban entrar…
Tuvo que darse la vuelta
Y meterse por el mar.

Alcázar, septiembre de 1978

LOS TEXTOS HAN SIDO ENTRESACADOS DE:

- “Isidro Parra: Los Anchos”. Lauro Olmo. Ed. Rayuela. 1979.

- “Memoria y presencia de Isidro Parra” Catálogo de la exposición “Isidro Parra. Selección Antológica 1942-2007” Museo Municipal. Patronato Municipal de Cultura. Alcázar de San Juan. 2009.

- “Escritos sobre el arte y la poesía en Castilla La Mancha”. José Corredor Matheos. Consejería de Educación, Ciencia y Cultura. 2010.

- http://www.justorien.es/literarios/breves/Haikus.php

Junio de 2012

PRESENTACIÓN

El día 18 de Octubre de 2013 se presentó el trabajo titulado "Un recorrido por la fundación Isidro Parra". El acto congregó a un numeroso grupo de personas entre amigos, familiares y otros allegados a la vida y obra del entrañable artista. Fue presidido por Manuela Sanz, como Presidenta de la fundación y acompañada de la Concejala de Cultura Mª Jesús Pelayo.

Igualmente el grupo de autores de la referida publicación fueron interviniendo sucesivamente para explicar el contenido de cada una de las partes elaboradas por los mismos y que hacen referencia a las distintas técnicas o series de trabajos realizados por el autor.

Los medios de comunicación recogieron algunos testimonios del acto y publicaron notas como la siguiente en "Manchainformación" que es un diario digital:
Este viernes se presentaba el libro “Un recorrido por la Fundación Isidro Parra”, una propuesta editorial en la que diversos profesores de los institutos de Enseñanza Secundaria de Alcázar de San Juan (IES Miguel de Cervantes, IES Juan Bosco e IES María Zambrano) hacen un repaso por la obra de este artista alcazareño en función de las distintas temáticas y disciplinas que puso en práctica a lo largo de su amplia trayectoria.

La responsable de la fundación y esposa que fuera de Isidro Parra, Manuela Sanz, explicó que cada profesor hace una semblanza sobre un tema, ya sea óleo, acuarela, grabado o escultura, repasando las características de la obra y su forma de trabajarlas. En este sentido, señaló que los autores de los textos coinciden en destacar “su gran personalidad y una forma de trabajar cercana a la investigación”, subrayando que “no hacía un dibujo y ya, sino que hacía varios bocetos hasta llegar a lo que él quería y desechaba lo que decía que no valía”.

Manuela Sanz explicó que de “Un recorrido por la Fundación Isidro Parra” se ha hecho una pequeña tirada de ejemplares que, en principio, estarán a la venta en la propia fundación para fomentar el conocimiento de la figura del artista entre los visitantes.

Alcázar 18 de Octubre de 2013  

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