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Artículos año 2009
![]() Personalmente ya había estado a punto de hacerlo cuando, hace algunos años, invitados por el director de la Escuela Universitaria de Ingenieros, un grupo de orientadores psicopedagógicos realizamos un recorrido por las dependencias académicas de que goza la población minera, así como de otras instalaciones anejas a la mina, que aún se encontraba en funcionamiento aunque residualmente. ![]() El Parque Minero se abrió al público como recinto turístico visitable en 2008 después de que la explotación minera se cerrase en 2001 y se destinara una fuerte inversión para conservar su rico legado de patrimonio industrial, de una actividad que ha permitido señalar a esta población como la mina más importante de mercurio del mundo, con un origen que se remonta a la época romana y con vestigios de anteriores etapas aún más lejanas en el tiempo. ![]() De allí pasamos al cercano montacargas del pozo de San Teodoro, desde donde se inicia un recorrido por la planta primera, excavada entre los siglos XVI y XVIII. El guía, antiguo minero ahora reciclado para esta tarea, no sólo habla con conocimiento de causa sino que destila el aire rudo y tenso que le ha procurado un trabajo tan esforzado. Lo deja traslucir sin necesidad de aparentarlo. A la vez que va contando los modos como se ganaba terreno en el túnel, a base de entibaciones de paredes y techos, nos muestra las vetas de mineral que destacan por su color rojizo entre los tonos más sepia y amarillentos del conjunto. ![]() A la par de los ingenios técnicos, que el tiempo va perfeccionando, sobrecoge pensar la dureza de los hombres destinados al trabajo. Especialmente los llamados “forzados”, es decir, presos que el poder de esos siglos destinaba a pagar sus fechorías. Especialmente trágico resulta comprender cómo podían aguantar tal cantidad de horas, a veces sin relevo, con una dieta tan estricta y pobre. Los muertos rondaban el cuarenta por ciento de los allí destinados cada año. ![]() Al final de la visita, impregnados de la tétrica historia de los sufridos mineros y de las muchas calamidades que uno se imagina debieron pasar entre esas galerías para reportar beneficios a las Haciendas españolas durante varios siglos, nos subimos a un pequeño tren que imita los utilizados para trasladar el mineral hasta la superficie en sus últimos tramos. La experiencia es curiosa y gratificante, sobre todo cuando de nuevo atisbamos la luz del día que pone fin a un viaje en el tiempo y en la imaginación. @ Justo López Carreño. Mayo 2009. |
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