![]() |
|
|
Artículos año 2009
![]() Y ciertamente el de anoche en Herencia fue uno de esos momentos para saborear por la carga afectiva y emocional que conlleva el antes, durante y después. Y, sin embargo, ya es también un recuerdo, por mucho que se demorasen en llegar los platos que nos sirvieron en el El Jabalí para compartir mesa y mantel después de… treinta años. La iniciativa de un grupo de aquellas de nuestras alumnas de los años setenta, recién muerto Franco, como dijo alguna de ellas, ha sido un gran acierto por lo que supone de voluntad y mutuo reconocimiento entre las partes, es decir alumnado y profesorado, que lejos de evitarse o ignorarse, han deseado volver a compartir un ratito de su tiempo y de sus vidas para volver imaginariamente a aquellos años sin retorno. ![]() Tras los primeros saludos y reconocimientos entre el grupo, al pie de la nueva entrada al edificio, tras las miradas entre confusas y nostálgicas, adivinando rostros, intentando poner nombre a esas sonrisas y rictus que permanecen idénticos pero aderezados por la inclemente pátina de los muchos años transcurridos, nos hicimos las fotos oficiales de rigor. Allí, al pie de la escalera, con el mismo telón de fondo de los muros que aún se conservan, como se conservan las rústicas escaleras de chinarros apelmazados y las losas de terrazo jaspeado y gris, feo y rancio, pero duro y resistente, a prueba de nuevas generaciones de inquilinos. ![]() - Bonjour, mes amis. ¿Verdad, Mª del Mar? M. Dubois se convirtió en un personaje casi de la familia ¡y yo que lo tenía olvidado! Y esas fichas de Religión encarpetadas como en un coleccionable por fascículos tintados de sepia y ahora más rancias que nunca, casi apolilladas, como muchas de nuestras creencias. Y estaban también las fotos, hoy sometidas al escaneo reparador, y los trabajos manuales que servían para venderlos a los familiares y sacar algún dinerillo para las excursiones, ¿quién si no iba a comprar esas imágenes de escayola coloreada de cristos y vírgenes que no encontrarían una hornacina ni en la cámara trastera de la propia vivienda?, o esas labores primorosas de bordados reservados en exclusiva a las chicas, ¡cuántas horas a punta de aguja y bastidor! ![]() Y materiales escolares diversos, ya caducados, algunos hechos con la freinetiana imprenta de gelatina, otros con la multicopista de clichés perforados y reutilizados para ahorro de gasto a costa de pringarse de tinta irremediablemente. Luego, los boletines de notas o los libros de escolaridad de la E.G.B., no muy distintos de los actuales, a pesar de los pesares, y otros documentos curiosos como los primeros estatutos de la Asociación de Padres, que se iniciaban en nuestro entorno. ![]() Ya sólo quedaba departir en torno al mantel para seguir cocinando esos recuerdos y sazonarlos con las especias particulares, con las vivencias que cada cual tiene atesoradas en su peculiar mosaico de sabores. Hubo lugar para ello, aunque siempre se echa en falta la posibilidad de compartir con todos y todas y no únicamente con los que te han tocado a tu lado en esa disposición lineal y aislante a que obligan estos ceremoniales. El trabajo en equipo sigue siendo dificultoso. ¡Porque tiempo hubo entre plato y plato!. Hasta pensamos en pedir el desayuno si no fuera porque la tertulia se animó en la improvisada mesa ovalada que formamos en la cercana terraza del Murphys, a costa de incomodar al vecindario, siempre tan maltratado por el noctambulismo español. ![]() ![]() Un fuerte abrazo para tod@s. @ Justo López Carreño. Junio 2009. |
|
Subir ^ | www.justorien.es © 2023 |